Las semillas de girasol son uno de los ingredientes de la cocina que pueden utilizarse para sustituir otros frutos secos como nueces o almendras.

Entre sus propiedades nutritivas no contienen colesterol, ya que son grasas de origen vegetal. Su grasa es poliinsaturada.

Son buena fuente de proteínas, así como grandes cantidades de hierro, zinc, potasio y magnesio. En cuanto a las vitaminas, la que más presentan es la Vitamina A y la E, esta última cual actúa como antioxidante, al ayudar a proteger las células contra los daños causados por los radicales libres.

Y otra de sus propiedades más importantes y que casi siempre olvidamos incluir en nuestra dieta diaria: son una excelente fuente de fibra dietética: tienen más de 13 g de fibra por 100 g de porción comestible.

¿Pero cómo las incorporamos en los platillos? Así:
– Como cualquier otro fruto seco (ensaladas, en el yogur o los licuados)
– Como relleno en panadería o para hacer hamburguesas o pasteles de carne.
– Para decorar sopas, cremas o ensaladas

Y lo mejor es que por su tamaño: te evitas picarlas, las puedes agregar enteras a tus recetas.

Los Estados Unidos son el mayor exportador de semillas de girasol.

Y un dato curioso: para pelarlas lo hacen por medio de una combinación de aire forzado y gravedad, y después las pasan por un aparato electrónico que detecta las semillas de color distinto y éstas las rechaza.